En el breve espacio entre tu cuerpo y el mío,
se detuvo el tiempo en un instante.
Por hurgar mis adentros,
descubriste las fibras de mi esencia.
Presa de tus excesos,
me embriagué de la miel de tus labios
hasta despojarme de prohibidos pudores.
Me elevé al universo de tu impaciencia,
y en la urgencia inventé mil poemas para adorarte.
Meryross:
ResponderEliminarUn apasionado poema de amor.
Sería maravilloso que ese éxtasis durara por siempre.
Quizá sea posible.
Al menos el tiempo se detendrá en la mente, ese lugar íntimo donde estará siempre a buen refugio de los desgastes de la vida.
Un saludo afectuoso.
ARTURO seguro que durará en la media en que lo alimentemos al menos con la fantasía...
ResponderEliminargracias por tus palabras siempre tan llenas de sabiduría
cariños!
Eres una romántica incurable.
ResponderEliminarAlteras mi sangre con tu poesía.
Gracias, un abrazo.