La posibilidad de realizar un sueño, es lo que hace que la vida sea interesante.

martes, 28 de febrero de 2012

Algo distinto


                   
         

   ALGO DISTINTO. (Cuento fantástico)

Un día de verano del año 2150
Detuvieron  su auto, miraron  hacia el horizonte y a lo lejos divisaron una casa sobre la colina, caminaron  hacia ella, mientras sus corazones no paraban de latir con más prisa de lo habitual.
Una rara sensación de miedo y curiosidad hizo que sus pasos se aceleraran, y de a ratos se detenían como queriendo regresar….
Al fin llegaron. La mujer abrió la puerta sin golpear, estaba segura que nadie habitaba esa casa. Entraron, ella, recorría con asombro, cada rincón, cada objeto cubierto de polvo y telarañas producto del tiempo, pero todo estaba intacto, miró hacia la ventana y se dio cuenta que el sol ya no iluminaba el interior de la casa, estaba cayendo la noche.
Otra vez la duda, “Debemos regresar”, dijo el, “No podemos  pasar la noche en este  sitio”.
Como siempre, ella no hizo caso.
Abrió cajones, cajas, baúles, buscando algo para iluminar y encontró una especie de fuente de iluminación consistente en una mecha que asciende por el interior de una barra de combustible sólida de cera, grasa o parafina, que en esos tiempos lo llamaban “vela”, la encendió con su encendedor digital, la luz era muy tenue pero suficiente
De pronto escucharon un ruido. Ella sintió temor, no era la primera vez que lo sentía ya que era muy temerosa de todo y  a la vez muy osada. Otra vez la duda, “¿Debo regresar?, pensó, no podían pasar la noche en ese sitio, pero el la tranquilizó como siempre con su dulzura y protección. Percibieron a lo lejos una melodía.
¡Que raro!, Nunca habían escuchado esa canción, pero los dos se emocionaron hasta las lágrimas.
Cada momento que pasaba se sentían mas relajados y parecía como que disfrutaban de cada detalle, todo era mágico, lleno de encanto.
Ella giró su cabeza, y vio un portarretratos. Lo limpió con un papel amarillento que estaba tirado en el piso. Hasta que apareció la imagen de una mujer de alrededor de unos cincuenta años, de cabellos claros, ojos color miel y tez blanca. Otra vez la emoción pero esta vez  mucho más profunda, se abrazó a la foto. La acarició y lloró desconsoladamente sin saber porque, el se acercó, tomo la foto, la miró  largo rato y dijo; “No se que me pasa, pero creo que me enamoré de esta mujer”.
¿Quien era esa mujer de la foto, que los inquietaba tanto?
Buscaron en todos  los cajones la respuesta, pero, ¿que buscaban?
Encontraron carpetas, cuadernos, papeles sueltos, hasta un diario del año 2010. ¡Óh! ¡Casi 140 años!, ¡cuanto tiempo!, pero ella solo abrió el cuaderno de tapa azul. En el había poemas y cartas, allí estaba la evidencia de un verdadero y gran amor. Leyeron cada uno de los poemas y cada una de las cartas llenas ternura, sólo se  miraron. Sobraban las palabras…
El amanecer los encontró dormidos y abrazados sobre la almohada de plumas y un aroma de tierra mojada los despertó….

Ya era la hora de marcharse, o quizás se quedarían en la casa de la que jamás se habían ido.




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