A los mineros chilenos
Dedos de martillo
Sabor a polvareda
Y en cada segundo
La muerte que te acecha
Caminas entre sombras
Bañado en sudor
Con las manos agrietadas
Descubres el esplendor
Rostro duro, corazón tierno
Fuerte como la roca
Que te cobijó en invierno
Lágrimas contenidas
Puños apretados
Estuviste setenta días
Como macho encarcelado
“rasguñas las piedras”
Desde las entrañas de la mina
Buscas el cielo abierto
Ya sientes olor a vida
La tierra está pariendo
Treinta y tres almas
Y afuera el abrazo
Sostiene y da esperanzas
Meryross:
ResponderEliminarMi abuelo, su padre y sus hermanos trabajaron como mineros del carbón en Asturias.
Él ya era un oficial dinamitero, ¡a los trece años!
Vida dura, donde grisú no era un boliche de moda en Bariloche, sino un asesino oculto.
Uno de mis tíos abuelos estuvo tres días encerrado, por culpa de un derrumbe. Ni yo imagino el sufrimiento de mi bisabuela.
Muy bueno tu homenaje a los mineros.
Saludos sinceros.
ayy ARTURO me emocionó tu comentario , que interesante lo que cuentas de tu familia.
ResponderEliminareres como un libro abierto ... es muy rica tu historia de vida..todo lo sabes , no tiene desperdicio leerte siempre
cariños!