Se percibían los ángulos que redondeaban tu cadera.
La longitud de tus largas piernas alcanzaba para abrazarse
una con la otra.
La recta de tu brazo izquierdo acaricia la tierra.
El otro brazo, forma un ángulo obtuso, y se posa sobre tu
rostro pensativo.
En tus pechos redondos y turgentes muestras todo tu encanto.
Desnuda sin misterios ni reservas, toda te dejas ver.
La lujuria de mi mirada contempla extasiada tu sensualidad.
Proyecto mis deseos pintando tu figura sobre un lienzo.
Pinceladas azules cubren todo tu cuerpo.
Mujer azul, dueña de mi vida, estas plasmada en mi sangre,
en mis células y fantasías.
Dame un punto de referencia para llegar a vos.
Déjame recorrer todas tus curvas y así poder encontrarnos en
mi recta y ser solo una unidad.
No se cuanto duró el encanto, un segundo o una eternidad.
Sólo se que alucinaron mis sentidos, desbordando la pasión
adormecida.
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